Fantasías eróticas en el hotel del cursillo

Recuerdo de mi época del colegio de las Hermanas ...., cuando Sor María nos daba clases de Historia del Arte, y nos recomendaba copiar, de las más aplicadas de la clase, los trabajos que nos mandaba para hacer en casa.
Nos decía: De ellas aprenderéis más que de mí.

;-)

O sea: Si copiais, copiad las buenas ideas.

Pues bien, hace días estuve unos días fuera de casa, haciendo un cursillo, y lo que pasa en esos casos, es que una duerme sola, cosa que se agradece las dos primeras noches (por aquello de tener toda la cama para ti), pero a las siguientes... las fantasías eróticas te acompañan, y una se imagina cosas, situaciones, y un macizo "aliviándose" dentro de una.

;-)

Así que para esta ocasión, digamos que le copie la idea a la amiga que, al dedicarse a la Formación, pasa mucho tiempo fuera de casa impartiendo cursos, me contó respecto del uso que ella hacía del Hitachi Magic Wand. 

Claro, que le copie la idea, pero no el producto, que para una o dos semanas al año, no hace falta ese dispositivo tan voluminoso, y con algo más pequeñito, discreto y manejable, como es un huevito vaginal, de esos con diversas velocidades y ritmos de vibración, es más que suficiente.

Y gracias a él, y a una almohada envuelta en una toalla de baño ... sesión de "relax especial"  Pillow Humping. 

Para ello, primero se envuelve la almohada en la toalla de baño, a continuación, y tras aplicarte un poco de Vaginesil, te insertas el huevo vaginal (el "huevito mágico"), y te pones la mordaza, que no es cosa que los clientes de las habitaciones de alrededor, se enteren por tus gemidos, de que te lo estás pasando bien...

Finalmente, montas a horcajadas sobre la almohada recubierta con la toalla, y colocada encima de la cama, activas el huevito con el mando a distancia, seleccionas el ritmo deseado y ... ¡a disfrutar!

¡Hora de soñar con tus fantasías eróticas preferidas en un hotel, en el que hay hombres y mujeres, que bien valdrían para un revolcón, o dos!

;-)